lunes, 14 de mayo de 2007

Relatos Apocalípticos - Murcia (Cuento Primero)

El viento ha cambiado, las delicias del mismo se volvieron lamentos, las flechas de luz del astro sol se torcieron y menguaron, se extinguieron. El azul cielo en todo su magnifico y mágico esplendor ya no se encuentra, en su lugar las nubes opacan la luz y la belleza ofuscando los días y volviéndolos oscuros. Asecha un mal en el aire que no descansa, los vientos traen consigo noticias venideras de un final inesperado, las caricias del viento en los árboles hace que de los mismos brote una melodía triste que hacen un perfecto desastre de lo acostumbrado. Las noticias vuelan, las palabras extrañas asechan asediando la mente y el corazón. Murcia, Murcia…¡Venid hoy a la gran eucaristía, la gran misa de Murcia! El silencio merma en alguna parte de las mentes de las personas que confusas olvidan lo oscuros que se han vuelto los días desde que meses antes se ha estado anunciando una “Eucaristía” en donde se dará a conocer el por que de tan peculiar y extraño nombre. La mayoría sabe que Murcia es una reconocida ciudad de España. ¿ Que tiene que ver con esta gente tal palabra? ¿tendrá algún significado adicional aparte del que ya se conoce?
Un muchacho pregunta en la calle buscando respuestas a su escepticismo, ya que las misas no le han venido muy bien, y piensa no asistir a tal evento pronosticado para dentro e un par de horas.
Camina por las calles agujereadas por el maltrato de los vehículos de este pequeño y grande pueblo. Las miradas se cruzan con las de él y parece que estuvieran bajo el mando de una fuerza ajena a su propia voluntad, seres con esclavitud transitan si saber que lo están, los ojos de éstos perdidos en un mar de confusiones al igual que los de este joven que al ver tal escena se cuestiona: ¿Qué sucede?
Llega al parque central y descansa en una banca para ordenar sus ideas al lado de los frondosos árboles, pero las respuestas no llegan, tal parece, se dice a si mismo, que éstas vendrán al caer la noche, que parece que quiere nacer antes de tiempo, además, se sigue cuestionando, no esta oscuro como cuando el cielo esta a punto de romper a llorar, ni tampoco como cuando renace el alba, ni mucho menos cuando perece el crepúsculo, esta oscuridad es extraña, nunca antes vista, menos vivida.
El autobús llega frente a él haciéndole regresar de su mar de conjeturas y decide ir a su casa esperando recibir algún tipo de respuesta que haga descansar a su curiosidad.
Al llegar se percata de que la confusión se ha cobijado cómodamente en los recintos de su hogar, su familia con la misma mirada con la que se encuentra todo el pueblo.
-Hijo prepárate, ya es hora, solo faltan veinte minutos y la misa inicia, date prisa-
¿Qué te hace pensar que iré?
Responde el joven con hartura, a lo que su padre le dice:
-Iras y punto, no se discuta más el tema.
Pues entonces, lárguense, pues intento averiguar por mis medios que diablos ocurre, ¿Qué acaso no se han dado cuenta de lo oscuros que han vuelto los días? Todo esto lo genera esa Tal misa, no vayan por favor, tengo un mal presentimiento de lo que acontecerá en los minutos venideros, por favor deténganse o lárguense.
-Pues bien entonces, no se hable más, nos vamos-
La familia entera abandona la seguridad y el calor de su hogar y con paso firme se dirigen hasta la iglesia que se encuentra frente al parque central.
El silencio trastorna el recinto, la electricidad no funciona y ha dejado a la intemperie a este joven que ha comenzado a dudar si se va o si se queda, la oscuridad con el tiempo se vuelve más densa afectando el pensamiento del muchacho. Sentado en el sofá y perdido en los rincones de su pensamiento ve algo que le hiela la sangre, ve correr frente a él a una niña de vestido blanco, su andar es tan veloz que apenas y le ve al reaccionar. Se frota los ojos pensando en que la cordura sucumbe con lentitud. Abre sus ojos y frente a él la niña de ojos rojos se le acerca, el joven no tiene más remedio que enfrentarla y con una voz que no es de este mundo la niña recita un poema, baila y canta frente a él, el joven se asombra y teme por sus seguridad.

Murcia se aproxima
La espesa neblina
El oscuro cantar
El delirio y la ira
Fundiéndose con la oscuridad

Murcia se aproxima
Con delicias y muertes
Dulce anochecer
Negrura en tu ser

Murcia se aproxima
Inquietante ironía
Palabra oscura
En Santa eucaristía

Murcia se aproxima
Con sollozos y gritos
Con sandeces mermadas
Suicidio en masa
Muertes en cada casa

Murcia detalle tenebroso
Se aproxima en tu mente
Y en todo su gozo.

Murcia se acerca
A grandes zancadas
Estrepitosas y latentes
Pesadillas en tu alma

Murcia se aproxima
Incierta y traicionera
Maldad pura en noche tan bella

Murcia se aproxima
Murcia se acerca
Ya casi llega
Se escuchará el lamento
Humanidad se acerca tu tormento

Murcia se aproxima
En una espesa neblina
Una palabra oscura
En Santa Eucaristía

Y ésta al concluir con su alegoría le pregunta con voz retorcida y demoníaca ¿Por que no fuiste?
Y el joven toma fuerza dentro de su alma y le grita: Por que no se me dio la gana maldito engendro.
-Admiro tu estúpida valentía pero ya de nada te servirá-
¿A que te refieres?
-Muy pronto lo sabrás- y llenándose la boca de frases desconocidas, de retorcidas oraciones la niña desaparece dejando un ola de pensamientos que asedian al corazón y a la razón y de pronto las campanas de la iglesia anuncian las seis de la tarde.

¡¡¡Si!!!, ¡¡¡Si!!!

¡Ya viene! ¡Ya se acerca!
Se escucha al finalizar el campaneo, es la voz del sacerdote por el altavoz, que rompe el silencio y desgarra el sentido.

¡¡¡¡Contemplen!!!!
¡¡¡¡La Majestuosidad de Murcia!!!!

El joven da trastumbos en la oscuridad e intenta llegar hasta la parte superior de su casa, llegando hasta una ventana en donde se observa en la lejanía parte de la iglesia.
Los gritos de emoción de la gente se transforman en lamentos, gritos de dolor, voces mounstrosas acaparan el sonar y se oyen golpes, y una luz que emana misteriosamente del suelo justo sobre la gente, la luz se eleva hasta el cielo abriendo una brecha entre las nubes y de un momento a otro la luz se apaga llevándose los gritos consigo.
De pronto de la oscuridad de la iglesia se ven miles de seres alados que brotan del suelo volando hacia el cielo en un baile sádico que hiela la sangre y hace pegar de gritos a una persona que se encuentra en la calle y al percatarse muchas mas personas que no fueron a tal misa fueron agobiadas por la curiosidad y salieron a ver.
Los seres alados, vuelan dando círculos y se precipitan sobre los incrédulos espectadores que no hacen mas que temer por sus vidas, un ser de estos ataca al que se encontraba en la calle, la forma de este, con aspecto demoníaco por parte del rostro con orejas grandes y dientes puntiagudos, garras enormes en manos y pies y alas gigantescas en forma de murciélago y una cola larga y puntiaguda.
Esta especie de espectros vuela sobre el joven como para cazarlo, un se abalanza sobre él, pero este volviendo a tiempo del trance que le provoco el detalle incierto del demonio que yace en el suelo alimentándose de su victima, se da cuenta y le esquiva, el ser alado golpea en el suelo de la terraza y el muchacho corre e intenta ocultarse dentro de su casa, pero al querer ingresar a la sala, ve la niña y de esta brotan un par de alas que se precipitan velozmente frente al Joven, el golpe fue tan violento que lo lanza varios metros hacia atrás golpeándose fuertemente con la pared.
Éste yace al borde de la inconciencia y de reojo ve como su cazador se acerca con lentitud hasta llegar a él y levantándole le dice:
-Te lo dije, ya no hay nada que valga o que sirva-
Este es su inevitable fin…

El aire resopla con intensidad, la triste melodía de los árboles resuena con singular notoriedad, la oscuridad se vuelve cada vez más densa y despertando del trance el joven ve con alivio a su alrededor que todo fue un sueño, una visión que ocurrió mientras su mente vagaba por los rincones de su propia cabeza.
La soledad y el silencio en la plaza del parque se hicieron más presentes, el aire se vuelve cada vez más frió y resopla en el lugar y se coloca la mano en la cabeza y siente un fuerte golpe, y regresa su mano y la ve teñida de rojo, ¡Sangre! Vuelve su mirada hacia a la iglesia y ve a las miles de personas reunidas frente a la iglesia y cae de bruces y al sostenerse únicamente con las rodillas contempla asombrado que es participe de la eucaristía y ve frente a él a una niña que le dice:
-Te lo dije, ya no hay nada que puedas evitar-
Una vida por otra, piensa. Es la esencia de la oscuridad y la muerte.
Y la niña canta de nuevo:

Murcia se aproxima
Ya casi llega
Por poco te atrapa
Y si lo hace ya nunca te escapas

Murcia delirios y locura en su vivir
Humanidad este es tu inevitable fin…