jueves, 26 de marzo de 2009

...

Me empapa el humo del cigarro
mi cerebro flota en un charco de neblina espesa.
Presiento sobriedad en las palabras,
la pulsación del filamento de alma,
la caricia llana y pérfida de la nada.

El humo se viste de música
mi cerebro rebota en silencio.
Destruyo el infame universo
y por un instante soy dios.

Me emsombrece el humo del cigarro
e ilumina el sendero de mis pasos.
Cambio el rumbo de la partida
las piezas son distintas.

El humo cesa y perece
mis pasos se detienen, piensa mi cerebro.
No cambia nada éste universo
creado por yo, dios,
del universo del otro, dios él.
También Amo...
También Destruyo...