Repositorio de sueños
trasnfondo de trasnochadas,
faenas de sexo desvelado.
Sendero al inframundo
camino repleto de puertas.
Puertas que saben a irrealidades,
penumbras inciertas desparramadas
en las faldas de tu leve altitud.
Y que sentido tiene despertar
si la pesadilla fermenta el placer
consumiéndose como hoja de tabaco seco
fumado por los pies y vomitado por las manos.
Ya dentro, escupo con los ojos
y hablo con los oídos,
arráncandome el cabello con la boca
y fabríco pínceles
donde me convierto en el Dalí del universo,
siendo de nuevo dios
persiguiendo alucinaciones
por la orilla de la colchoneta,
donde acaricio máquinas de escribir
y canto cuentos
y cuento cantos,
susurro paredes
y lamo poemas.
La Cama,
por la mañana
es desagüe de sueños.
Más tarde...
Me emborracho de ausencia y duermo
y el silencio asecha
acompañado de muertes, días, grillos, noches, dioses, camas...
Delirios...
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