Luego del desbordante insulto del tiempo,
del insesante ajetreo solitario del camino,
del instante maltrecho y desesperado del abandono...
Llega la paz en delirios,
envueltos en colores
de dulce rayo de pétalo
con sabor a princesa.
Y las paredes se derrumban
y los caminos se abren
y el mundo de nuevo
ante mis ojos
renace...
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