domingo, 25 de julio de 2010

De Personaje a Personaje

Siempre intentando desnudar esa tu silueta de retocada imperfección y de ese cuerpo con  ojos que pierden entre sonrisas las delicias que caminan lejos de mí, contoneantes, fulminantes; delicias deliciosas armadas de traiciones y melancolías. Un beso, mejía, y acabó el silencioso sendero imperfecto de actos donde mi mano extendida que caricia solicitó, recibió un escupitajo de atención.

Cuanto más sencillo es el destino en el camino, más fuerte se transforma la intención de poseer y beber de esa tu boca, donde brotan las mentiras que deleitan a la burla formidable de mi triste consecuencia, de mi triste circunstancia, de mi triste acción de ruleta rusa donde encuentro balas repletas de mares y soledades.

Ansiedad y soledad, envuelven el serpenteante fuego que espera en el camino oscuro por tus pasos distraídos; esperando pierdan el sendero seguro donde reprimes toda intención de nadar hacia tus pies clamando y mendigando caricias, como siempre, un escupitajo de atención esperará el final de mi necesidad, perdido en la nada de tu cuerpo, encuentro el sabor triste del desprecio.

El miedo al tiempo se enreda en la arena de mis pasos, disminuyendo la velocidad del amanecer que se dará cuando la hora concluya en ese reloj y mis pies no encuentren a donde marchar pues el abrazo que tanto buscan mis brazos se escapa por la vereda donde siempre veo como te marchas.

Tres minutos restan del tiempo en esperé a que el día se acomodara en la hora permitida para ingerir el alimento combustible que da la fuerza para el resto de la tarde y así esperar a que lentamente el día muera con la sirena que acabará liberándonos hasta la prisión eterna del día siguiente y donde a la hora de la misma hora, en el mismo instante perpetuo fugaz eterno, esperaré que algún día tu desprecio al menos se transforme en compasión.

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