lunes, 20 de septiembre de 2010

...Narración de un desconocido..

Hace un mes que le maté... Tendré que hacerlo de nuevo, me dije.

Inexplicablemente se acercó a mi apartamento, tocó la puerta con mucha suavidad, incluso hasta creí se trataba de una ilusión ya que nadie conocía este lugar, excepto Celia. Creí que era ella. Al abrir, él entró, traía una bolsa que dijo era la cena, sin inmutarme, como si se tratara de un encuentro cotidiano o previamente planificado, le recibí, nos dimos un abrazo fraternal de viejos conocidos, y así era, pero eso no explicaba su visita. Por un momento dudé de su muerte.

Mientras me contaba que ahora trabajaba en un banco como subjefe de caja y que tenía a no sé cuántas personas a su cargo y que ganaba no sé cuánto dinero a la quincena y que por ello quería celebrar conmigo, ya que era el único conocido que le quedaba; no pude evitar pensar en la imagen de su rostro ensangrentado.

Le serví café del que recién había hecho y la sangre se escurría por la banqueta aquella noche luego de cortar su cabeza y tomaba café tranquilamente frente a mí y luego degustaba un trozo del pie de queso que trajo consigo y la lluvia lavaba el rastro de sangre mientras arrastraba el cuerpo hacia el automóvil y comenzó a reír cuando lo metía en el auto junto con su cabeza y se recordó de un chiste que hacía tiempo no escuchaba, yo también reí.

Tranquilamente me puse de pie y sin quitarle un ojo de encima fui en busca del arma, fui muy descarado con mis movimientos ya que la cargue frente a él, a modo de intimidarlo, pero el acto no causo ni el más leve movimiento en su postura. Me acerqué con violencia y le dije que no podía continuar viviendo, -legalmente estás muerto, Sergio-

-¿Quién es Sergio?-, dijo cuando accioné el arma y las balas se incrustaron en su pecho. Sus ojos continuaban tranquilos y eso me enfureció, nuevamente le disparé, ahora en la cabeza hasta que se descargó el arma.

No pueden encontrarlo, hace casi un mes que lo maté, ¿Cómo pudo ser posible que se apareciera de nuevo en mi apartamento? Afortunadamente fui precavido, y nadie en el lugar se percató de los disparos, nadie llamó a la puerta, me dio tiempo hasta de bañarme... Si, tuve que desmembrarlo para hacer más fácil su traslado, fue sencillo, utilicé un cuchillo de sierrita de esos que venden en oferta, algunos dijeron que no necesitaría solo ese cuchillo, que era necesario comprar todo el juego, pero que van a saber ellos. Indudablemente eso me atrasó un poco, pero me sentía confiado. Lo empaqué y me fui...

-¿Cuándo te diste cuenta?-

-¿De qué cosa?-

-Que ¿Desde la primera vez estaba muerto?-

-Creo que como a la cuarta o quinta vez que lo maté-

-¿No te pareció extraño que siempre se apareciera luego que lo mataras?-

-Sí, pero a veces a uno se le olvidan las cosas; creí que había soñado sus muertes, pero cuando lo vi la cuarta o quinta vez me acostumbré a verlo morir y siempre traté de hacerlo igual, mismos cortes, mismos disparos, pero nunca quedó como quería.-

-¿Cuándo te percataste de la ausencia de Celia?

-Ya no me acuerdo. Pero no fue mi culpa, yo no sabía que era ella, ya ves que uno pela cables a veces... Y ¿Seguís trabajando en el banco?-

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