viernes, 12 de enero de 2007

Péndulo

De golpe se levanta de su cama con sudor en la frente y la respiración agitada, se sienta en la orilla y se toma la cabeza con ambas manos. Cierra sus ojos y observa como una pared se acerca con rapidez y se golpea. Hace un gesto de enojo.
¡Estoy harto de ese maldito dolor! Grita poniéndose de pie.
No puedo dormir, no puedo soñar, no puedo pensar. ¿Qué sucede?
Toda mi vida el dolor ha sido parte de mi cabeza, pero estoy harto.
El teléfono suena y piensa no contestar, pero éste insiste y le desquicia.
¿Quien es?
-Tengo algo para ti Tomas-
¡Jorge! ¿Eres tú?
-Si, ¿recuerdas cuando me contaste de aquel sueño en el que una niña era muerta por los habitantes de un pueblo?-
Ni que lo menciones, he tratado de olvidar esa horrible pesadilla, ¿Por qué lo preguntas?
Y ¿Por qué a esta hora?
-Verás, tu sueño por sorprendente que parezca no lo fue, acabo de toparme con una noticia en el periódico de una niña muerta con las descripciones que tú me diste. Una muerte según cuentan espantosa y brutal, tal y como me la contaste, la niña fue crucificada viva, de cabeza.
Tomas… se que suena absurdo, pero tengo que hacerte una pregunta ¿Hace cuanto exactamente soñaste tal cosa?
Fue hace tres semanas… ¿Por qué lo preguntas?
-La niña fue encontrada ayer en un lejano pueblo al otro lado del país. Esa es la razón de por que llamé tan tarde, nos vamos de inmediato nos dieron el caso.-

Tomas algo molesto se pone de pie y le dice a su amigo:
¿Quién lo asignó?
-Fue Julián. Pero la verdad es que yo tengo algo de culpa. Me burlé de tu sueño y se lo comenté hace una semana afirmando que lentamente enloquecías, y acabo de recibir la llamada de que tenemos que investigar el caso y descubrir si fue como en tu sueño o solamente un asesinato por unos ocultistas.-

Nunca más volveré a contarte mis cosas, has traicionado mi confianza pero ahora no tenemos más remedio, tenemos que ir, dame unos veinte minutos en lo que arreglo mis cosas y nos vamos.

-De acuerdo, oye que tal si… Tomas cuelga y se sienta de nuevo, se sostiene la cabeza y siente el efusivo dolor que le ha venido agobiando desde que se acuerda. Los doctores dijeron que en su cerebro no había nada y que su dolor era un trastorno psicológico que jamás fue tratado. Tomas insiste en que el dolor viene de otra parte, por eso sus colegas le fastidian diciéndole que se esta volviendo loco, pero gracias a sus repentinas corazonadas han resuelto crímenes que parecían un verdadero rompecabezas.

Se pone de pie y camina por su diminuto apartamento, se pone su pantalón y deja caer su arma que se va debajo de la cama. Maldice por un momento, más por la interrupción del sueño que por tener que recogerla. Se coloca de rodillas y baja la vista para buscarla, no ve nada. Se levanta y enciende la luz, se inclina nuevamente y esta vez ve algo que le petrifica y le hace dar un grito de sorpresa, debajo de su cama la niña del sueño le ve con los ojos rojos y ésta de un instante a otro desaparece. Tomas no da crédito a lo que acaba de ver, toma su arma y se dispone a vestirse lo más rápido posible.
Estas alucinando, se dice así mismo, y ríe burlándose del grito. Cobarde…
Toma su placa y su maleta curiosamente ya hecha, tenía no más de dos días de regresar de su último caso. Una bocina suena afuera. Tomas abre la puerta y se dispone a bajar, por desgracia el ascensor no funciona, tiene que descender las gradas con las maletas encima, sigue maldiciendo. De pronto siente un fuerte dolor en su cabeza y cierra los ojos y ve como una pared se acerca y se aleja golpeándose en ella, es algo que no puede detener, el dolor es tan fuerte que pierde el conocimiento y cae por las gradas llegando a la planta baja, su amigo afuera ve como Tomas cae bruscamente e intenta entrar pero esta cerrado por dentro.
-Tomas, no te muevas, iré por ayuda-, dice Jorge intentando abrir la puerta

Tomas no escucha y como un zombi se pone de pie y regresa a la realidad. Jorge se asombra al ver que se encuentra en perfectas condiciones y se dirige hacia la puerta.

Tomas sale y le dice a Jorge, Buenos días, ¿Podemos irnos ya?

-¿Estas bien? No te rompiste nada, parecía que estabas muerto.-
¿De que hablas? Parece que el que se esta volviendo loco eres tú. ¿Por qué me ves de esa forma? ¿Podemos irnos? Bastante tengo ya con hayas interrumpido mi descanso.

-Está bien, larguémonos, dice Jorge muy asombrado.-
-Creo que los dos estamos locos-, dijo para sus adentros.

La luna resplandece en el cielo como un enorme y hermoso farol que ilumina levemente la carretera que los lleva muy lejos hacía lo desconocido. Tomas no consigue conciliar el sueño durante el transcurso del viaje y no pretende cruzar palabra con su amigo. Ve como la madrugada se extingue abriendo paso al dulce frío que se acerca con el alba y con el Sol.
Amanece y aún todavía no han dicho nada, hasta que Tomas rompe el hielo.

¿Cuántos kilómetros tengo que soportar sentado?

-Setecientos…

¡¡¡¡Setecientos!!!!
Me tienes que estar vacilando, por que demonios, no nos mandan en avión. Son unos malditos, y lo peor es que tenemos que cargar con los gastos.

Velo del lado positivo, dice Jorge, como una aventura en la que descubriremos que tan macabro es ese asesinato.

Jorge, escucha, no te he dicho la verdad de todo, Jorge le ve perplejo sin saber que comentario escuchar. En el sueño aparecemos los dos, yo regreso, pero tu no. Eres devorado vivo por los aldeanos y no tengo más remedio que huir. Jorge se queda pasmado con la boca abierta cuando Tomas no aguanta más y rompe a reír.
¿Qué sucede? Le pregunta Jorge con temor.
Y Tomas ríe aún más y le dice entre risas, Amigo, tu te lo crees todo…Eres único.
Jorge siente un enorme alivio y solamente sonríe aún muy asustado.
Tranquilo amigo, tenemos un largo camino por delante y no sabemos que es lo que nos espera.

El automóvil sigue su camino por la eterna carretera durante casi tres días. Repentinos dolores que toman desprevenido a Tomas hacen que casi se estrellen mientras éste conducía. Tomas se quejó durante casi todo el viaje de dolores y de repente misteriosamente sus dolores cesaron.
Jorge, ya no me duele la cabeza.
-Es curioso, dice Jorge-
¿Qué es curioso?
-Acabamos de pasar la entrada al pueblo, dentro de unos instantes deberíamos de verlo-

Tomas tejía conjeturas en su cabeza, realmente ese dato le ha tomado por sorpresa. Y mientras yacía perplejo en sus pensamientos algo le devolvió del trance. Un pueblo de apariencia fantasmagórica tomaba forma conforme el auto se acercaba. Estaba sobre una montaña, muy pequeña montaña. El camino perecía frente a ellos, había que proseguir a pie, subir la montaña y buscar refugio. Tomas seguía asombrado porque la sensación de dolor no regresaba, pero el aspecto del pueblo le atemorizaba mucho más.
Jorge se aleja y se acerca a un pequeño comercio, mientras Tomas sigue y pide indicaciones a un anciano que se encuentra en una silla mecedora.

Disculpe, mi amigo y yo somos investigadores de la policía, queremos saber en donde está la Estación de la Policía local para averiguar sobre el reciente asesinato de una niña.
¿Puede decirme hacia adonde puedo ir?

EL anciano hace señales para que se acerque, Tomas accede y este le dice muy sigilosamente. –Primero para hacer esa pregunta debes de estar en el pueblo-
¿Qué dice? No comprendo que trata de decir…
Y el anciano le responde
-Solamente abre tus ojos y diciendo esto el anciano ríe maliciosamente-

Tomas levanta la vista y ve la carretera y a su compañero al lado con el volante en mano.
Amigo no me vas a creer, dice Tomas con sorpresa.
Jorge le interrumpe diciéndole, Cuéntame después, el pueblo esta enfrente. Tomas ve con asombro y es exactamente como lo había visto en su “sueño”, se queda sin palabras y descubre que su cabeza no le duele.
Caminan y se separan, Tomas se asombra de la similitud de todo y ve al anciano en su silla mecedora y este le dice –Bienvenido Forastero, esperamos que te quedes más tiempo… Tomas-
¿Cómo sabe mi nombre? Le pregunta Tomas casi gritándole en el rostro, Jorge llega para alejarlo y le dice…
¿Estás loco? ¿Cómo le gritas a un anciano?
Si te lo dijera no me creerías.
Algo que tú no me creerás es que en este pueblo no hay estación de Policía…
Amigo, créeme que a estas alturas ya nada me asombra.

Atravesaron casi medio pueblo y ante su mirada la gente parecía esconderse. Lentamente el cielo comienza a oscurecer y las primeras gotas de una inevitable lluvia caen al suelo. Todo conspira para que el lugar sea cada vez más tétrico.
Jorge ve espantado a una niña con la descripción que le dieron por teléfono y le informa de inmediato a Tomas y le señala con el dedo, Tomas queda asombrado y cae de rodillas, la niña que vio en sus sueños, con su vestido rosa y su cabello negro transitaba por el pueblo subiendo una colina, dirigiéndose a una tenebrosa iglesia en ruinas.

Es… es… es ella, dice Tomas.

Es increíble, dice Jorge, talvez sea otra.

Tomas se pone de pie y le dice a Jorge, tenemos que ir tras ella

¿Estas loco? Ni de broma me acerco a esa iglesia, es más… un disparo interrumpe sus palabras. Tomas y Jorge voltean buscando la fuente del sonido. Tomas descubre al anciano de pie a unos metros detrás de ellos y más atrás la gente del pueblo. Mientras la escopeta del anciano echa humo este grita: - Ahora si estas solo-
Tomas no comprende lo mencionado y ve a como su compañero se desploma en el suelo con una macha de sangre en el pecho. Tomas toma la cabeza de su amigo y ve como la luz se desvanece de sus ojos. La gente del pueblo le persigue y Tomas no tiene más remedio que subir la colina. Llega hasta la iglesia y se adentra en ella.
La niña yace crucificada de cabeza en el centro de la misma y frente a ella un hombre de conocida apariencia extiende sus brazos llenos de sangre. Tomas le dice. ¿Qué has hecho?
Esta persona se voltea y le dice. – Dirás, Tu ¿Qué has hecho?-
Tomas en un impulso instintivo saca su arma aún sin verle el rostro se acerca lentamente cuestionándole ¿Por qué dices eso?
Y como un relámpago el extraño sujeto aparece frente a Tomas, y al verlo de cerca suelta el arma y los dolores de cabeza vuelven y se incrementan. Ve como nuevamente aquella conocida pared se acerca y se golpea con ella, y con asombro su rostro frente a él en ese sujeto y éste le dice cínicamente: -Yo, soy tú- y rompe a reír.
Tomas en su confusión, cae de rodillas sin saber que pensar.
¿Quieres saber que pensar mi querido Tomas?
Abre tus ojos, por que estas solo…

Tomas levanta le vista y ve de nuevo la carretera, gira su cabeza par ver a su amigo y descubre que el auto se maneja solo por la autopista, Tomas se abalanza sobre el volante estabilizando el vehículo. Estoy enloqueciendo, se dice a sí mismo, esto definitivamente tiene que ser un sueño, un sueño…
Descubre que la cabeza no le duele, acaba de pasar la frontera que separa lo “real de lo irónico”. Ajusta el embrague y pisa el acelerador tomando velocidad y a casi cien kilómetros por hora entra en las torpes calles de ese pueblo que le esta desquiciando, ve al anciano sentado en su silla sin prestarle demasiada atención, sigue si camino llegando hasta el inicio de la colina. Ve a la niña correr y decide alcanzarla, Tomas hace un esfuerzo por llegar a la iglesia antes que ella pero es inútil. La niña entra y Tomas detrás de ella. Ésta se detiene y voltea con una enorme sonrisa, su rostro es mounstroso, sin nariz, es el rostro de la niña que estuvo debajo de su cama, se acerca y Tomas no reacciona a tiempo y la niña introduce su dedo en el vientre de Tomas haciéndole sangrar. Tomas le da un puñetazo en el rostro y se aleja, La niña saborea la sangre del dedo y emprende el vuelo hasta el centro de la iglesia. Y le dice. -Ahora a ti te toca-

Y Tomas cae al suelo derribado por los fuertes dolores de cabeza, en su mente imágenes de sucesos anteriores, la imagen en sus sueños de la niña muerta, la pared que se acerca y le golpea, voces, miles de voces entonando cantos infernales que le hielan la sangre, ve a una niña llorando en la iglesia, curiosamente ya no es horrenda sino una simple niña que camina de un lado a otro, se coloca frente a la pared y comienza con un movimiento similar a un Péndulo haciéndose hacía a tras y hacía adelante golpeándose fuertemente la cabeza en la pared y cada vez que la niña se golpea el dolor incrementa y una fuerza ajena a su voluntad toma posesión de su cuerpo y se lanza sobre la indefensa, le toma por el cuello y le da muerte quebrándole la nuca, la toma por los pies y se eleva y la clava en la pared de cabeza y diciendo cosas que el no es capaz de entender desciende y eleva los brazos cubiertos de sangre. Escucha un disparo y un momento después el golpe de la puerta cerrándose, un par de palabras a que duras penas entiende y se ve a si mismo en la entrada y se acerca a una impresionante velocidad y de pronto todo se desvanece y se vuelve negro.
Abre sus ojos y se ve entrando al pueblo a pie, solo, sin su compañero, empieza a temer por su seguridad y rompe a llorar si saber que hacer y el cielo imitándole deja caer una estrepitosa lluvia que lo cubre todo. Tomas se yergue y se molesta, se enfurece y no sabe que hacer, poco a poco el dolor de su cabeza aumente y se empieza a preguntar que es ese extraño lugar en el que se encuentra. Grita y se desespera, que tipo de pesadilla estoy viviendo, dice, no entiendo nada.
La noche comienza a descender y la oscuridad lentamente se posa sobre el lugar, ve a lo lejos una multitud de personas que se conglomeran en el inicio de la colina.
Tomas se acerca y detenidamente observa de lejos, se escuchan rugidos de una especie de animal, su curiosidad es más grande y comienza a meterse dentro de la multitud, llega hasta el centro y ve a una niña endemoniada atada de pies y manos con sangre en la boca, de pronto recuerda y vive su pesadilla nuevamente, la gente parece estar en una especie de trance y comienzan a golpear a la niña dándole patadas y pedradas hasta matarla. Se aleja y piensa en el horroroso lugar en el que está y piensa alejarse, pero nuevamente el dolor de cabeza regresa y le impide caminar. Tomas hace un esfuerzo y camina muy lentamente tambaleándose por el camino hasta llegar a la autopista, ahí el dolor es insoportable, no puede pensar y cada vez que parpadea ve una pared que se acerca y le golpea, el dolor le derriba y solo puede escuchar las gotas de agua cayendo sobre el asfalto. Toma un último respiro y se arrastra para poder alejarse lo más posible, el dolor aumenta y las visiones de la pared son casi la totalidad de su vista hasta que ya no ve el camino y solo la pared con la que se golpea. De pronto siente fuerza y esta vez se detiene antes de dar un golpe, el dolor cesa, pero ya no hay carretera, ni lluvia, parpadea y ve la pared con manchas de sangre que pareciera que el tiempo ha borrado.
Intenta ponerse de pie y se resbala con un líquido que esta en el suelo. Unos hombres vestidos de blanco se acercan, son personas que él jamás en su vida había visto.
Julián ¿Te encuentras bien? Le pregunta uno de los hombres de blanco…
A lo que contesta ¿Quién diablos es Julián?
Los dos sujetos se alejan y uno le dice al otro:
¿Qué te parece? ¿Avisamos a la doctora?
A lo que el otro contesta, Este es un comportamiento que no habíamos visto, creo que debemos de limpiarlo.

OH Dios, estoy sentado en mierda, Que asco, gritó en el fondo Julián…
Se ha dado cuenta, dice el enfermero, Esta curado, ha regresado de su autismo, ¿No lo comprendes? Eso jamás sucede, ellos nacen así, en cambio el historial clínico de Julián recalca que el de pronto se volvió autista, hablando de niñas y demonios, todos lo creyeron loco. Está curado…

A lo que en el fondo Julián dice ya de pie, - Yo no me llamo Julián, mi nombre es Tomas y hace unos momentos me encontraba fuera de aquí en un pueblo resolviendo un extraño caso. Verán, soy Investigador de la policía y mi trabajo resolver crímenes, tienen que sacarme de aquí, ya que no se como llegue, lo único que me alegra es que ya no me duele la cabeza.

Uno de los enfermeros se acerca y le dice: No, no, tu nombre es Julián y estas por cumplir diez años desde que tu familia te trajo a este manicomio.

Julián, se aleja y comienza a golpear la ventana diciendo, ¡Sáqueme de aquí!
No estoy loco, mi nombre es Tomas, no Julián.

De pronto más enfermeros se acercaron y auxiliaron a los otros dos asustados colocándole a Julián una camisa de fuerza y un calmante.

¿Qué sucedió? Pregunta uno de los recién llegados.

Nada, de pronto enloqueció, diciendo que se llama Tomas, parece que de una etapa paso a otra, habrá que cambiarlo de habitación, dejo de ser el péndulo que todos conocíamos por un desquiciado más.










3 comentarios:

nadie dijo...

MAno esto me parece muy bueno y un buen inicio para que vayas entrando al rollo underground de las letras de guatemala....

Desde ya bienvenido a este circulo de sombras....

Saludos

Anónimo dijo...

Puta esta mierda esta buenisima o sos un copion o deberas eres bueno, la verdad no leo mucho pero este pedo del pendulo me gusto mucho mas que esa jalada de la musa. Suerte viejo ya sabes estoy para cualquier cosa

Atentamente
Bryan Ortiz

Arely dijo...

Hola tu te felicito por ¨Susurros¨ esta super lindo y se que tus letras seran para rato y ya sabes que te apoyo en todo bye te cuidas con cariño, tu amiga..

Arely Salazar