miércoles, 31 de enero de 2007

Rincón

Sumido a un rincón
escuchando la melodiosa voz del silencio
entre el cielo y la tormenta
en un muro transparente
entre la luz y la oscuridad
sintiendo el furor enloquecido
de los latidos de mi cambiante corazón
Sumido en lo profundo
sintiendo
escribiendo
Viendo paisajes blancos
tristezas pasajeras
alegrías
bien y mal
Un libro en blanco
un canto Místico
un escondite
lugar intocable
transparente
visible e invisible
Sintiendo la caricia del silencio
Escondido del odio
escondido de todo
sintiendo
sumido por saber y creer
Lo llevo a todos lados
un manicomio de preguntas y respuestas
de tonterías, alegrías y tristezas
En donde no me toca nadie
en donde encuentro lo que un día perdí
el dragón que en mi patio vi
Sumido a un infierno
que acaba siendo el cielo
Una soledad pacifica
y perturbarte
con fantasías y realidades
en donde enloquezco a mis rivales
Sumido a las caricias nocturnas
de las manos de la luna
Perdido en los brazos de una estrella
Sumido a un rincón
en donde no hay otra cosa
que no sea yo.

martes, 23 de enero de 2007

...Cuentos...

Vuelca sobre el una sensación de paz, armonía y sencillez. Sentado frente a una multitud de tres niños se encuentra un joven veterano narrando con tal pasión que las expresiones de su rostro revelan verdad en sus ojos, sucesos que en un pasado acontecieron. Enciende en los que atentamente escuchan un sentimiento fugaz de dudas y preguntas que retuercen la mente haciendo parecer que la realidad parezca falsa.

Habiendo ya concluido su airada narración, los niños con más admiración que miedo a coro piden otro.

¡Niños!

¿Qué les dije?

Dijo el Señor de avanzada edad dejándolos a todos con un nudo en la garganta.

¿Se acuerdan?

Un cuento por día

¡Abuelo!

Cuéntanos otro, ¿Si?

No niños, tengo que ir a dormir. No tengo como ustedes tanta energía para estar despierto toda la noche, además yo al igual que ustedes tengo que descansar.

De mal gusto se van los nietos a dormir, suben lentamente las gradas que los llevan hasta su alcoba

-Noche-, dice en su mente.

-Eres tejedora de relatos verídicos. Sucesos que le marcan la vida al ser humano y le hacen ver para distintos lados. Estoy enamorado de tu hija, de la princesa Blanca.

Cada vez que te acercas con tu hermoso vestido negro, me enamoras, me haces sentir vivo. Por que cuando tu oscuridad siento en mi ser, mi mente piensa y vuela-

El abuelo camina dirigiéndose hasta la ventana, levanta la cortina con suavidad y contempla la majestuosidad de la Luna en el oscuro cielo.

De pronto observa que una estrella se mueve con lentitud. Pero ésta cada vez se hace más grande, se dirige justo hacia la Tierra.

El anciano comienza a pensar en si es algo que esta imaginando o si en realidad esa estrella pretende arrasar con lo que queda de vida en el Planeta.

El suelo se mueve un poco como dando un espasmo. Se mueve otra vez pero en esta ocasión lo hace con más fuerza y este movimiento hace que algunas piezas de cristalería caigan y se rompan estrepitosamente.

Ahora el suelo comienza a retumbar como si un terremoto se acercase. El abuelo con un escalofrío en la espalda teme lo peor. Se aleja de la ventana y se dirige a buscar a sus nietos. Corre lo más veloz que puede llegando hasta las escaleras, pero cuando se disponía a hacerlo el sismo se incrementa derrumbándolo hacia el piso.

El hombre se pode de pie con mucha dificultad ya que su avanzada edad no le dejaba moverse con fuerza en aquel extraño momento por el que pasaba su amor la noche. Regresa a la ventana y dirige su vista al cielo.

Al ver hacía arriba sus ojos se llenan de lágrimas, sus pensamientos se retuercen negándose a morir. Una gran luz blanca lo enceguece, la estrella que hace unos momentos observaba a lo lejos le robaba ahora la oscuridad de la noche casi frente sus ojos. De pronto como si solo hubiera sido un rayo, la luz se desvanece, pero la estrella no. A lo lejos se ve como se encuentra con el suelo y esta provoca una gran explosión que sacude al planeta en un gran terremoto que destruye todo su alrededor. Los nietos comienzan a bajar las escaleras y se aferran a las piernas de su abuelo. El se coloca a su altura sentándose en el suelo y los abraza con mucho temor. Los niños gritan de desesperación y terror. Todo se sacude, el techo comienza a caerse, el fin del mundo dice su mente.

Desliza su cabeza por la pared para poder llegar a lo que queda de la ventana y así observar los daños.

Su miedo aumenta al ver que la onda expansiva de la explosión arrasa con todo a su paso. Se aferra con fuerza a sus nietos y comienza a llorar. Siente que su vida se extinguirá en unos segundos y que los niños que tiene en sus brazos no podrán gozar de un hermoso planeta.

El ruido se hace cada vez más fuerte e insoportable. Las lágrimas de los niños no dejan de derramarse, los gritos de desesperación y resignación ya no se oyen.

La onda expansiva de la explosión barre la casa como si fuera de juguete.

La destrucción es visible, la vida en la tierra ya no existe.

Desde el espacio un gran círculo negro se ve en gran parte del planeta que se agranda con una lentitud devastadora.

Los escombros se mueven en lo que parecía ser un casa. Es un anciano que se encuentra muy golpeado, se coloca de pie observando con horror que sus nietos duermen para siempre. Ve con asombro la ventana que no se derrumbo, Se coloca frente a ella y observa el cielo. Las nubes de polvo se disipan y nuevamente ve a su amor la Luna

Se da la vuelta y ve su casa, la televisión, el comedor y las escaleras.

Se oyen pasos que vienen, son sus nietos que forman una caravana hacia la cocina para beber un vaso de leche que su mamá ya les había dejado preparado.

El joven veterano los ve y se dice a si mismo:

“Creo que ese no sería un buen cuento para los niños…

Tendré que pensar en otro…”

sábado, 20 de enero de 2007

Musa

Aspiro la delicia del éter
en la fina esencia de tu ser,
las caricias que desquician,
la sencillez que carcome el alma.
Ilusiones hechas por el dulce roce de tu mirar
Veo, percibo y que sorpresa,
Alucino…
Pienso y aquello que se forjó
con la caricia incierta de tu fría pupila
muere en manos del pensamiento
Y en el pensar surge la imagen
y la alucinación deja de ser
y es una conmigo
y tú tangible como las piedras

Y en la víspera de lo inesperado te llamo,
te relato como sucederá
ya que para siempre te perderás
en un mundo incierto que desconoces
Y es que cuando tus ojos se niegan a verme
padezco por ilusión de que algún día lo hagan
y cuando efímeramente lo hacen,
la sentencia hecha está y solo delirio
que en mi provocas me impulsa por medio
del sentir hasta el pensar y de ahí en adelante
Todo es gris…
No luz, no oscuridad, ni bien, ni mal,
Y así sucede…
Eres usada para el principio,
pero no para el final…
Soy el ladrón de tu aliento
el susurro que te asusta por las noches
el que te ama hasta la muerte
y aquel que se vale de tu mirada
simplemente para liberarse
Llego contigo y aspiro la delicia del éter
por medio de la fina esencia de tu ser
es tan cierto que a veces me asusta
eres la más bella de todas las Musas…

viernes, 12 de enero de 2007

Péndulo

De golpe se levanta de su cama con sudor en la frente y la respiración agitada, se sienta en la orilla y se toma la cabeza con ambas manos. Cierra sus ojos y observa como una pared se acerca con rapidez y se golpea. Hace un gesto de enojo.
¡Estoy harto de ese maldito dolor! Grita poniéndose de pie.
No puedo dormir, no puedo soñar, no puedo pensar. ¿Qué sucede?
Toda mi vida el dolor ha sido parte de mi cabeza, pero estoy harto.
El teléfono suena y piensa no contestar, pero éste insiste y le desquicia.
¿Quien es?
-Tengo algo para ti Tomas-
¡Jorge! ¿Eres tú?
-Si, ¿recuerdas cuando me contaste de aquel sueño en el que una niña era muerta por los habitantes de un pueblo?-
Ni que lo menciones, he tratado de olvidar esa horrible pesadilla, ¿Por qué lo preguntas?
Y ¿Por qué a esta hora?
-Verás, tu sueño por sorprendente que parezca no lo fue, acabo de toparme con una noticia en el periódico de una niña muerta con las descripciones que tú me diste. Una muerte según cuentan espantosa y brutal, tal y como me la contaste, la niña fue crucificada viva, de cabeza.
Tomas… se que suena absurdo, pero tengo que hacerte una pregunta ¿Hace cuanto exactamente soñaste tal cosa?
Fue hace tres semanas… ¿Por qué lo preguntas?
-La niña fue encontrada ayer en un lejano pueblo al otro lado del país. Esa es la razón de por que llamé tan tarde, nos vamos de inmediato nos dieron el caso.-

Tomas algo molesto se pone de pie y le dice a su amigo:
¿Quién lo asignó?
-Fue Julián. Pero la verdad es que yo tengo algo de culpa. Me burlé de tu sueño y se lo comenté hace una semana afirmando que lentamente enloquecías, y acabo de recibir la llamada de que tenemos que investigar el caso y descubrir si fue como en tu sueño o solamente un asesinato por unos ocultistas.-

Nunca más volveré a contarte mis cosas, has traicionado mi confianza pero ahora no tenemos más remedio, tenemos que ir, dame unos veinte minutos en lo que arreglo mis cosas y nos vamos.

-De acuerdo, oye que tal si… Tomas cuelga y se sienta de nuevo, se sostiene la cabeza y siente el efusivo dolor que le ha venido agobiando desde que se acuerda. Los doctores dijeron que en su cerebro no había nada y que su dolor era un trastorno psicológico que jamás fue tratado. Tomas insiste en que el dolor viene de otra parte, por eso sus colegas le fastidian diciéndole que se esta volviendo loco, pero gracias a sus repentinas corazonadas han resuelto crímenes que parecían un verdadero rompecabezas.

Se pone de pie y camina por su diminuto apartamento, se pone su pantalón y deja caer su arma que se va debajo de la cama. Maldice por un momento, más por la interrupción del sueño que por tener que recogerla. Se coloca de rodillas y baja la vista para buscarla, no ve nada. Se levanta y enciende la luz, se inclina nuevamente y esta vez ve algo que le petrifica y le hace dar un grito de sorpresa, debajo de su cama la niña del sueño le ve con los ojos rojos y ésta de un instante a otro desaparece. Tomas no da crédito a lo que acaba de ver, toma su arma y se dispone a vestirse lo más rápido posible.
Estas alucinando, se dice así mismo, y ríe burlándose del grito. Cobarde…
Toma su placa y su maleta curiosamente ya hecha, tenía no más de dos días de regresar de su último caso. Una bocina suena afuera. Tomas abre la puerta y se dispone a bajar, por desgracia el ascensor no funciona, tiene que descender las gradas con las maletas encima, sigue maldiciendo. De pronto siente un fuerte dolor en su cabeza y cierra los ojos y ve como una pared se acerca y se aleja golpeándose en ella, es algo que no puede detener, el dolor es tan fuerte que pierde el conocimiento y cae por las gradas llegando a la planta baja, su amigo afuera ve como Tomas cae bruscamente e intenta entrar pero esta cerrado por dentro.
-Tomas, no te muevas, iré por ayuda-, dice Jorge intentando abrir la puerta

Tomas no escucha y como un zombi se pone de pie y regresa a la realidad. Jorge se asombra al ver que se encuentra en perfectas condiciones y se dirige hacia la puerta.

Tomas sale y le dice a Jorge, Buenos días, ¿Podemos irnos ya?

-¿Estas bien? No te rompiste nada, parecía que estabas muerto.-
¿De que hablas? Parece que el que se esta volviendo loco eres tú. ¿Por qué me ves de esa forma? ¿Podemos irnos? Bastante tengo ya con hayas interrumpido mi descanso.

-Está bien, larguémonos, dice Jorge muy asombrado.-
-Creo que los dos estamos locos-, dijo para sus adentros.

La luna resplandece en el cielo como un enorme y hermoso farol que ilumina levemente la carretera que los lleva muy lejos hacía lo desconocido. Tomas no consigue conciliar el sueño durante el transcurso del viaje y no pretende cruzar palabra con su amigo. Ve como la madrugada se extingue abriendo paso al dulce frío que se acerca con el alba y con el Sol.
Amanece y aún todavía no han dicho nada, hasta que Tomas rompe el hielo.

¿Cuántos kilómetros tengo que soportar sentado?

-Setecientos…

¡¡¡¡Setecientos!!!!
Me tienes que estar vacilando, por que demonios, no nos mandan en avión. Son unos malditos, y lo peor es que tenemos que cargar con los gastos.

Velo del lado positivo, dice Jorge, como una aventura en la que descubriremos que tan macabro es ese asesinato.

Jorge, escucha, no te he dicho la verdad de todo, Jorge le ve perplejo sin saber que comentario escuchar. En el sueño aparecemos los dos, yo regreso, pero tu no. Eres devorado vivo por los aldeanos y no tengo más remedio que huir. Jorge se queda pasmado con la boca abierta cuando Tomas no aguanta más y rompe a reír.
¿Qué sucede? Le pregunta Jorge con temor.
Y Tomas ríe aún más y le dice entre risas, Amigo, tu te lo crees todo…Eres único.
Jorge siente un enorme alivio y solamente sonríe aún muy asustado.
Tranquilo amigo, tenemos un largo camino por delante y no sabemos que es lo que nos espera.

El automóvil sigue su camino por la eterna carretera durante casi tres días. Repentinos dolores que toman desprevenido a Tomas hacen que casi se estrellen mientras éste conducía. Tomas se quejó durante casi todo el viaje de dolores y de repente misteriosamente sus dolores cesaron.
Jorge, ya no me duele la cabeza.
-Es curioso, dice Jorge-
¿Qué es curioso?
-Acabamos de pasar la entrada al pueblo, dentro de unos instantes deberíamos de verlo-

Tomas tejía conjeturas en su cabeza, realmente ese dato le ha tomado por sorpresa. Y mientras yacía perplejo en sus pensamientos algo le devolvió del trance. Un pueblo de apariencia fantasmagórica tomaba forma conforme el auto se acercaba. Estaba sobre una montaña, muy pequeña montaña. El camino perecía frente a ellos, había que proseguir a pie, subir la montaña y buscar refugio. Tomas seguía asombrado porque la sensación de dolor no regresaba, pero el aspecto del pueblo le atemorizaba mucho más.
Jorge se aleja y se acerca a un pequeño comercio, mientras Tomas sigue y pide indicaciones a un anciano que se encuentra en una silla mecedora.

Disculpe, mi amigo y yo somos investigadores de la policía, queremos saber en donde está la Estación de la Policía local para averiguar sobre el reciente asesinato de una niña.
¿Puede decirme hacia adonde puedo ir?

EL anciano hace señales para que se acerque, Tomas accede y este le dice muy sigilosamente. –Primero para hacer esa pregunta debes de estar en el pueblo-
¿Qué dice? No comprendo que trata de decir…
Y el anciano le responde
-Solamente abre tus ojos y diciendo esto el anciano ríe maliciosamente-

Tomas levanta la vista y ve la carretera y a su compañero al lado con el volante en mano.
Amigo no me vas a creer, dice Tomas con sorpresa.
Jorge le interrumpe diciéndole, Cuéntame después, el pueblo esta enfrente. Tomas ve con asombro y es exactamente como lo había visto en su “sueño”, se queda sin palabras y descubre que su cabeza no le duele.
Caminan y se separan, Tomas se asombra de la similitud de todo y ve al anciano en su silla mecedora y este le dice –Bienvenido Forastero, esperamos que te quedes más tiempo… Tomas-
¿Cómo sabe mi nombre? Le pregunta Tomas casi gritándole en el rostro, Jorge llega para alejarlo y le dice…
¿Estás loco? ¿Cómo le gritas a un anciano?
Si te lo dijera no me creerías.
Algo que tú no me creerás es que en este pueblo no hay estación de Policía…
Amigo, créeme que a estas alturas ya nada me asombra.

Atravesaron casi medio pueblo y ante su mirada la gente parecía esconderse. Lentamente el cielo comienza a oscurecer y las primeras gotas de una inevitable lluvia caen al suelo. Todo conspira para que el lugar sea cada vez más tétrico.
Jorge ve espantado a una niña con la descripción que le dieron por teléfono y le informa de inmediato a Tomas y le señala con el dedo, Tomas queda asombrado y cae de rodillas, la niña que vio en sus sueños, con su vestido rosa y su cabello negro transitaba por el pueblo subiendo una colina, dirigiéndose a una tenebrosa iglesia en ruinas.

Es… es… es ella, dice Tomas.

Es increíble, dice Jorge, talvez sea otra.

Tomas se pone de pie y le dice a Jorge, tenemos que ir tras ella

¿Estas loco? Ni de broma me acerco a esa iglesia, es más… un disparo interrumpe sus palabras. Tomas y Jorge voltean buscando la fuente del sonido. Tomas descubre al anciano de pie a unos metros detrás de ellos y más atrás la gente del pueblo. Mientras la escopeta del anciano echa humo este grita: - Ahora si estas solo-
Tomas no comprende lo mencionado y ve a como su compañero se desploma en el suelo con una macha de sangre en el pecho. Tomas toma la cabeza de su amigo y ve como la luz se desvanece de sus ojos. La gente del pueblo le persigue y Tomas no tiene más remedio que subir la colina. Llega hasta la iglesia y se adentra en ella.
La niña yace crucificada de cabeza en el centro de la misma y frente a ella un hombre de conocida apariencia extiende sus brazos llenos de sangre. Tomas le dice. ¿Qué has hecho?
Esta persona se voltea y le dice. – Dirás, Tu ¿Qué has hecho?-
Tomas en un impulso instintivo saca su arma aún sin verle el rostro se acerca lentamente cuestionándole ¿Por qué dices eso?
Y como un relámpago el extraño sujeto aparece frente a Tomas, y al verlo de cerca suelta el arma y los dolores de cabeza vuelven y se incrementan. Ve como nuevamente aquella conocida pared se acerca y se golpea con ella, y con asombro su rostro frente a él en ese sujeto y éste le dice cínicamente: -Yo, soy tú- y rompe a reír.
Tomas en su confusión, cae de rodillas sin saber que pensar.
¿Quieres saber que pensar mi querido Tomas?
Abre tus ojos, por que estas solo…

Tomas levanta le vista y ve de nuevo la carretera, gira su cabeza par ver a su amigo y descubre que el auto se maneja solo por la autopista, Tomas se abalanza sobre el volante estabilizando el vehículo. Estoy enloqueciendo, se dice a sí mismo, esto definitivamente tiene que ser un sueño, un sueño…
Descubre que la cabeza no le duele, acaba de pasar la frontera que separa lo “real de lo irónico”. Ajusta el embrague y pisa el acelerador tomando velocidad y a casi cien kilómetros por hora entra en las torpes calles de ese pueblo que le esta desquiciando, ve al anciano sentado en su silla sin prestarle demasiada atención, sigue si camino llegando hasta el inicio de la colina. Ve a la niña correr y decide alcanzarla, Tomas hace un esfuerzo por llegar a la iglesia antes que ella pero es inútil. La niña entra y Tomas detrás de ella. Ésta se detiene y voltea con una enorme sonrisa, su rostro es mounstroso, sin nariz, es el rostro de la niña que estuvo debajo de su cama, se acerca y Tomas no reacciona a tiempo y la niña introduce su dedo en el vientre de Tomas haciéndole sangrar. Tomas le da un puñetazo en el rostro y se aleja, La niña saborea la sangre del dedo y emprende el vuelo hasta el centro de la iglesia. Y le dice. -Ahora a ti te toca-

Y Tomas cae al suelo derribado por los fuertes dolores de cabeza, en su mente imágenes de sucesos anteriores, la imagen en sus sueños de la niña muerta, la pared que se acerca y le golpea, voces, miles de voces entonando cantos infernales que le hielan la sangre, ve a una niña llorando en la iglesia, curiosamente ya no es horrenda sino una simple niña que camina de un lado a otro, se coloca frente a la pared y comienza con un movimiento similar a un Péndulo haciéndose hacía a tras y hacía adelante golpeándose fuertemente la cabeza en la pared y cada vez que la niña se golpea el dolor incrementa y una fuerza ajena a su voluntad toma posesión de su cuerpo y se lanza sobre la indefensa, le toma por el cuello y le da muerte quebrándole la nuca, la toma por los pies y se eleva y la clava en la pared de cabeza y diciendo cosas que el no es capaz de entender desciende y eleva los brazos cubiertos de sangre. Escucha un disparo y un momento después el golpe de la puerta cerrándose, un par de palabras a que duras penas entiende y se ve a si mismo en la entrada y se acerca a una impresionante velocidad y de pronto todo se desvanece y se vuelve negro.
Abre sus ojos y se ve entrando al pueblo a pie, solo, sin su compañero, empieza a temer por su seguridad y rompe a llorar si saber que hacer y el cielo imitándole deja caer una estrepitosa lluvia que lo cubre todo. Tomas se yergue y se molesta, se enfurece y no sabe que hacer, poco a poco el dolor de su cabeza aumente y se empieza a preguntar que es ese extraño lugar en el que se encuentra. Grita y se desespera, que tipo de pesadilla estoy viviendo, dice, no entiendo nada.
La noche comienza a descender y la oscuridad lentamente se posa sobre el lugar, ve a lo lejos una multitud de personas que se conglomeran en el inicio de la colina.
Tomas se acerca y detenidamente observa de lejos, se escuchan rugidos de una especie de animal, su curiosidad es más grande y comienza a meterse dentro de la multitud, llega hasta el centro y ve a una niña endemoniada atada de pies y manos con sangre en la boca, de pronto recuerda y vive su pesadilla nuevamente, la gente parece estar en una especie de trance y comienzan a golpear a la niña dándole patadas y pedradas hasta matarla. Se aleja y piensa en el horroroso lugar en el que está y piensa alejarse, pero nuevamente el dolor de cabeza regresa y le impide caminar. Tomas hace un esfuerzo y camina muy lentamente tambaleándose por el camino hasta llegar a la autopista, ahí el dolor es insoportable, no puede pensar y cada vez que parpadea ve una pared que se acerca y le golpea, el dolor le derriba y solo puede escuchar las gotas de agua cayendo sobre el asfalto. Toma un último respiro y se arrastra para poder alejarse lo más posible, el dolor aumenta y las visiones de la pared son casi la totalidad de su vista hasta que ya no ve el camino y solo la pared con la que se golpea. De pronto siente fuerza y esta vez se detiene antes de dar un golpe, el dolor cesa, pero ya no hay carretera, ni lluvia, parpadea y ve la pared con manchas de sangre que pareciera que el tiempo ha borrado.
Intenta ponerse de pie y se resbala con un líquido que esta en el suelo. Unos hombres vestidos de blanco se acercan, son personas que él jamás en su vida había visto.
Julián ¿Te encuentras bien? Le pregunta uno de los hombres de blanco…
A lo que contesta ¿Quién diablos es Julián?
Los dos sujetos se alejan y uno le dice al otro:
¿Qué te parece? ¿Avisamos a la doctora?
A lo que el otro contesta, Este es un comportamiento que no habíamos visto, creo que debemos de limpiarlo.

OH Dios, estoy sentado en mierda, Que asco, gritó en el fondo Julián…
Se ha dado cuenta, dice el enfermero, Esta curado, ha regresado de su autismo, ¿No lo comprendes? Eso jamás sucede, ellos nacen así, en cambio el historial clínico de Julián recalca que el de pronto se volvió autista, hablando de niñas y demonios, todos lo creyeron loco. Está curado…

A lo que en el fondo Julián dice ya de pie, - Yo no me llamo Julián, mi nombre es Tomas y hace unos momentos me encontraba fuera de aquí en un pueblo resolviendo un extraño caso. Verán, soy Investigador de la policía y mi trabajo resolver crímenes, tienen que sacarme de aquí, ya que no se como llegue, lo único que me alegra es que ya no me duele la cabeza.

Uno de los enfermeros se acerca y le dice: No, no, tu nombre es Julián y estas por cumplir diez años desde que tu familia te trajo a este manicomio.

Julián, se aleja y comienza a golpear la ventana diciendo, ¡Sáqueme de aquí!
No estoy loco, mi nombre es Tomas, no Julián.

De pronto más enfermeros se acercaron y auxiliaron a los otros dos asustados colocándole a Julián una camisa de fuerza y un calmante.

¿Qué sucedió? Pregunta uno de los recién llegados.

Nada, de pronto enloqueció, diciendo que se llama Tomas, parece que de una etapa paso a otra, habrá que cambiarlo de habitación, dejo de ser el péndulo que todos conocíamos por un desquiciado más.