lunes, 19 de marzo de 2007

Complot (Primera Parte)

Caía la lluvia ligera y sutil por los edificios en ruinas de aquella triste ciudad, en la cual: la miseria, la pobreza, la violencia, y un interminable etcétera, etcétera, etcétera, forman parte de la cotidianidad de éste lugar desde hace ya mucho tiempo. Como bien hubo dicho alguien una vez, “Las cosas en vez de mejorar, empeoran”.

Las gotas resonaban al rebotar en los techos de aquellas casas de lámina y cartón. De lejos un hombre de unos aproximados treinta años, se acordó de la estrofa una canción. Y mientras la lluvia apagaba lentamente el cigarro que en su mano sostenía, observaba con frustrada impotencia, como unos oficiales de la policía abusaban físicamente de dos mujeres que vivían aparentemente en una de aquellas casas asentadas frágilmente a lo ancho y largo del parque central, en el Centro Histórico de una ya irreconocible Guatemala. –Maldita autoridad – Pensó, - desde los comienzos de la guerra del 2020 han estado abusando en extremo del poder que se les otorgó-

Mordiéndose los labios y apretando los puños da media vuelta alejándose de aquel infernal sitio. Siente en su interior una rabia en suspenso, que necesita ser liberada. Transita por la quinta avenida cuando se percata de que alguien lo sigue, acelera un poco el paso y voltea para ver de quien se trata. Andrés esboza una delicada sonrisa al reconocer a los oficiales que abusaban de aquellas mujeres. Cuando éste cruzó por una calle y los oficiales de igual manera cruzaron preparándose para atacarle, éste esperábales con una pistola lanza dardos. Disparó al instante dos certeros dardos que se introdujeron en la piel de los oficiales cayendo éstos de bruces en el pavimento. De pronto se acerca un automóvil a toda velocidad y deteniéndose con estrépito, se abrieron las puertas corredizas de una especia de Mini-van, introdujeron a los oficiales y subiendo Andrés por último se marcharon dejando un rastro de humo y un aroma a neumático quemado.

Un pequeño foco en el centro de aquella diminuta habitación alumbra ligeramente la oscuridad que hace un momento cegaba la vista del prisionero que, atado de pies y manos a una incomoda silla, expresa en su rostro un miedo indescriptible y una desesperación torturante. Se abre la puerta con fuerza y entran Andrés seguido de Sergio. El oficial al verlos les grita: - ¡Sáqueme de aquí malditos Mareros!- Y proponíase a seguir con su letanía de afrentas e insultos cuando Sergio le acertó una patada en la boca haciéndole callar de inmediato. Lo único que pudo hacer fue escupir sangre y un par de dientes. –Antes que nada-, dijo Sergio. –No somos mareros, esos estoy seguro que hace mucho tiempo se extinguieron. Pero eso debemos de agradecérselos a ustedes, quienes a raíz de esa estúpida guerra se quedaron en las calles, siendo mucho peor que esa estirpe de ladrones que ahora en el infierno se pudren. La policía corrupta es dueña de las calles, pareciera que éste país padece de constantes infortunios “Si no es una Mierda, es otra”.-

Andrés permanecía de espaldas y al voltearse pregunta: -¿Dónde reside el Presidente?-

¿Qué te hace pensar que responderé? Contestó el prisionero. Andrés hace una señal a su compañero con la mano, éste desenfunda un arma dispara en ambos pies del oficial, haciendo que este se retuerza de dolor y cuando los gritos de éste ya no se soportaron, Sergio de nueva cuenta calla a su victima con un golpe, esta vez con el puño, en el rostro.

-No fue por gusto que te secuestramos,- dice Andrés. –Sabemos de tus contactos, de todas las personas que están involucradas a tus negocios. Tenemos información de tu familia, hasta de la que no conocés; de tus amigos, todo sobre tu identidad. Pero lo único que nos hace falta, es aquello que sabés por estar en reuniones que no te conciernen, pero para fortuna nuestra, la tenés vos, un oficial de la Policía, un simple policía. Voy a repetirte la pregunta, ¿Dónde vive Felipe Monterroso, el presidente de este pútrido país?-

-Jamás escucharás de mi una…- De nuevo Sergio golpea a su prisionero, esta vez con el arma.

-Sergio, hazme el favor de incrementar la dosis- dice Andrés y seguidamente Sergio dispara dos veces, esta vez en ambas rodillas provocando un gemido en el oficial que a final de cuentas rompe a llorar.

-Voy a contarles, pero solamente si me dejan con vida-

-Por su puesto- dice Andrés dibujándosele una leve sonrisa en el rostro. Y mientras el oficial narra como se había enterado de la dirección, detrás de la puerta impacientes aguardaban Gabriel y Mario, quienes se limpian de la sangre que les salpicó del otro oficial. Se abre la puerta y Andrés sale sin mencionar palabra alguna, en el interior Sergio dispara dos veces en la cabeza cegando así la vida de aquel policía. Gabriel y Mario corren detrás de Andrés haciendo todo tipo de preguntas con respecto al tema y éste muy enfurecido les dice: - Silencio, este no es el momento, ni el lugar para hablar. Andiamo.-

Salieron de aquel edificio en ruinas, se subieron al vehículo en donde Luis les esperaba. Enciende el auto y se van con suma tranquilidad de aquella deshabitada Zona.

“Noticia de Última Hora”

-“Hoy 20 de septiembre de 2025, se encontraron los cuerpos sin vida de dos oficiales de la Policía. Éstos pertenecían a las fuerzas especiales que se encargan de patrullar el antiguo centro Histórico para localizar a los pandilleros que aún se encuentren en dicho sector. Los oficiales presentaban señales de tortura. El Ministerio Público no ha querido dar declaraciones al respecto, pero se sospecha, según el vocero de la policía, que fue testigo de cómo varios hombres fuertemente armados, secuestraron las mencionadas víctimas, y se especula que fue el Grupo Terrorista que se hace llamar “Mil ojos”, y se cree que…”-

La televisión es apagada

-¿Cómo se enteraron de que fuimos nosotros? Cuestiona Andrés a sus compañeros.-

-No tengo idea; yo menos; saber; quien sabe.-

Respondieron todos al mismo tiempo un tanto nerviosos.

-Bueno, dice Andrés, no importa ahora, pero de ahora en adelante debemos de tener mucho cuidado, ya que la fase crítica de nuestro plan, comienza.-

Hubo un pequeño silencio en el que brota la inquietud del grupo. Sergio rompe el hielo diciendo.

-Andrés, creo que tenemos al indicado.-

-Demuéstralo, responde con seriedad.-

-Su nombre es Ángel Justiniano, miembro del partido político “Nueva ERA”. Candidato ideal por ser partido totalmente izquierdista.- Concluyendo su argumento le entrega una carpeta con el expediente de dicha persona. Andrés le abre y observa fotografías de su residencia, información de todas las personas que le rodean y con todos los que se relaciona. Transcurren unos minutos en los que Andrés lee detenidamente cada dato de su candidato. Cierra el fólder y dice: -Amigos, me convence, está limpio. El plan inicia ahora mismo. La nueva Revolución empieza.

Más tarde en la noche de ese mismo día, prepárabase un trago en su lujosa mansión el Señor Felipe Monterroso, actual presidente de Guatemala. –Estos terroristas, si de algo sirven son para darme risa, dijo en la soledad de su alcoba. Alegan por el alza de los impuestos, que soy el responsable de la pobreza y la injusticia que existe. Guatemala es pobre, y siempre lo será. Creo que los únicos culpables de tanta desgracia que existe, es el mismo pueblo. No se defiende, no dice nada, les gusta que los pisoteen. Creo que si supieran los nuevos planes que he realizado, ya no estaría vivo. Faltan tan solo unos días para la firma, y Petén es de México.-

Toma su trago y se prepara otro. Mientras sus guardaespaldas, salen de la mansión por un momento para disfrutar con ansiedad del efecto de la nicotina de un par de cigarros. El silencio es profundo y relajante, el sonido del cantar de los grillos se escucha en la oscuridad. Cuando la mansión entera vuela en pedazos a causa de una descomunal explosión, que incluso vuelca un automóvil parqueado frente a la misma. Los guardaespaldas viendo como la oscuridad llega a sus ojos ven aún como un auto lentamente se acerca. Éste, una especie de Mini-Van se detiene cerca de los escombros de aquella casa. Sergio baja el vidrio y se comunica por medio de un radio diciendo:

-Ésta hecho. Pasamos a Nivel Dos-

Concluyendo la parte final de su misión, ve las llamas y los escombros de aquella mansión. –Espero que esto funcione- Dice para si mismo.


Continúa...

1 comentario:

nadie dijo...

Mano!! muy buena historia, la trama me sabe muy bien pero necesitas concentrarte en el lexico que utilizas... ojo a la gramatica tambien---- a veces se hace dificil de leer por ello... de lo contrario me parece muy muy buena.... saludos